lunes, 27 de junio de 2011

El verano tiene su costo

"Me levanté obcecado, con necesidad; pero las piernas me fallaron y el resto del cuerpo también; una piltrafa, de la peor ralea; algo que se mueve e intenta respirar —mi cuerpo, imaginé.
"Era temprano, como las ocho, y dentro de mí insistía la voz: Una cerveza gélida o algo por el estilo, para empezar. Y va, como pude, bañado en el vómito matinal, me dirigí en cuclillas hacia el refigerador, el cual se encontraba abierto de par en par, con una presteza innombrable; que conste, al acercarme y sentir el frío, me sentí relajado, incluso, me atrevería decir, con ganar de seguir. Pero no, ese no era mi día: el refrigerador estaba vacío, o casi, ya que las botellas que distinguí eran un remedo flaco del ayer; elucubré, un desfalco que en ese momento se acrecentó.
"Sin rodeos, me quise levantar, volver en mí; y no obstante las piernas me flaquearon otra vez, quedando postrado como un desahuciado, como un perdedor.
"No quise llorar, pues no es mi estilo; mas lo juro, si en ese momento el demonio se me hubiera aparecido le hubiera ofrecido el alma y todo lo que me pidiera a cambio de un trago de aquel líquido vital.
"El verano tiene su costo, como se nota, y es criminal."

Fenomenología del matrimonio

Fenomenología del matrimonio: oscilar, diariamente y sin comprenderlo, entre la garra de un hit poderoso (pienso en algo así como "Layla", de Eric Clapton) y la bagatella de un oasis matinal (a la cabeza, "Gymnopédie Número 1", de Erik Satie).
http://www.youtube.com/watch?v=0WUdlaLWSVMhttp:// (Rápido y furioso.)
http://www.youtube.com/watch?v=S-Xm7s9eGxU (Dulce porvenir.)

"Ojos eran fugitivos" / Cine 142

Victory (1981), Dir. John Huston. Infame título del maestro, que no sabemos de dónde surgió; un gozne de la creación, o lo que se quiera. Lo innegable es que con este bodrio, cuyo humor involuntario causa placer, e inquina (todo a la vez), Huston dejaba ver que también cometía errores (u horrores) y que, sí, era humano.
Como Buñuel y como tantos cracks que "metieron la pata", el director —para anotarlo rápidamente— exhibió su lado b. Y sin embargo, el descontrol no desmerece visto a la distancia; al contrario, permite valorar, en su justa medida, las aportaciones que hizo en sus obras más rentables. Porque de eso se trata, pienso: de celebrar el conjunto en sus matices y ponderar lo trascendente; ver las dos facetas del creador y entender que en el asunto artístico, a veces, los tiros salen por la culata.
Mala película, horrorosa, de una ridiculez suprema: Victory es la pesadilla de los puristas, la nota roja de quien piense que el cine es mejor que la vida y que las trayectorias impecables jamás se deben manchar.
(Los descalabros, mejor los autodescalabros: he ahí la ruptura de la tradición, la salida de tono que dice mucho —¡bastante!— de los infiernos del demiurgo.)
http://www.youtube.com/watch?v=xOxj26vcwMI

Color local

Me queda clarísimo, en algunos casos (hablo de literatura): la captación del color local es la respuesta a los inquilinos de la norma: una fuerza centrípeta, dubitativa y vacía, que carece de dirección.

Lo más + del fin de semana

Aproximaciones descriptivas del gol de Giovani dos Santos en la final de la Copa de Oro:

-Una cacería de brujas frustrada.
-Un viaje por territorio comanche con escala incluida en el jardín del Edén.
-Un gambeteo de barrio que roza la eternidad.
-El reclamo de un crack en busca de su redención.
-La evidencia de que el balón es el siervo predilecto de la voluntad.
-El hecho consumado de que los estadounidenses tienen otras prioridades y que por eso inventaron el american football.

viernes, 24 de junio de 2011

Dante's Hell

Es un hecho, todo mundo tiene su "infiernito" de clóset; el punto está en no echarle más leña a la hoguera.

"Ojos eran fugitivos" / Cine 141

A Bridge Too Far (1977), Dir. Richard Attenborough. Desgraciadamente se dejaron de hacer esta clase de filmes con la parusía de su Majestad: la digitalización. In stricto sensu, hablo de un cine que desconocía las exigencias del esteticismo virtual y que, en tal sentido, resultaba más realista. Un cine artesanal, en el que las batallas sí sucedían y en el que, era frecuente, se notaba el dinamismo de la mano del director, quien movía los hilos de una empresa mayor.
En A Bridge Too Far se deja ver este planteamiento: a su director lo que le interesa es el realismo, no las pretensiones de realidad. Consciente de lo que fue la WWII, y del sudor que implicó, atiende a una realización pura de exigencias colosales, dignas de celebración; nada luego de andar jugando a la filmación en los estudios, o en los terrenos apartados de la civilización: lo prioritario es estar ahí, donde ocurrieron los combates y, si se puede, hacer de los actores personajes sudorosos que se caen una y otra vez.
El extremo de este realismo visual, pienso, Attenborough lo consigue cuando convierte a la cámara en testigo voluntario de los hechos y no duda en arrojarla al vacío para que capte lo que debe captar: la altura, el terreno de ataque, los movimientos del soldado al aterrizar. Soberbio el realismo de Attenborough, lo subrayo, dado que lleva a la pantalla el fragor de los encuentros, el humo de los cañones, los colores secos del terreno; y todo, de más está insistir, sin el software poderoso que desvirtúa el sentido del mundo, sus tonos parcos, su ausencia de matiz. Una gran película, donde las haya.
http://www.youtube.com/watch?v=DKDPX8PEiVk

jueves, 23 de junio de 2011

"Ojos eran fugitivos" / Cine 140

The Getaway (1972), Dir. Sam Peckinpah. El señor de la violencia —"Bloody Sam", le llamaban— no especulaba con el asunto mórbido del crimen, ni tampoco con su impactación o edulcuramiento social. A diferencia de Tarantino (su pupilo aventajado), el cineasta de los interdictos evadió la celebración estética de la sangre, para concentrarse en el aspecto esencial o, por lo menos, en el que más le "jalaba": la lucha por el poder, o mejor dicho por el micropoder, en un espacio marginal donde imperan la avaricia y la corrupción. Para Peckinpah luego, la violencia, los muertos que caen una y otra vez, las salvajadas del hampa... eran un complemento, jamás un fin; precisémoslo así, un elemento a considerar, algo que se desarrollaba de modo colateral, debido a que lo importante era otra cosa: la representación fidedigna de una lucha dual en la que no había vencedores ni vencidos. Amén de ello, no debemos dejar de recordar que, en el fondo, Peckinpah era un poeta de la lente; a pesar de lo extraño que pueda sonar, sobre todo si consideramos los kilos de testosterona que hay de por medio en su obra, lo que el cineasta buscaba filmar era la urdimbre trascendental de la existencia, la relaciones profundas entre los individuos, cuando lo que estaba en riesgo era algo concreto: la pérdida compartida del Edén. Qué pena que este tipo de cine se haya dejado de hacer.
http://www.youtube.com/watch?v=9FhkOy1inT8

miércoles, 22 de junio de 2011

Estómago ulcerado

Os pido, a la brevedad, un Activia preciso (Bifidobacterium animalis) que me recubra el interior, y si eso se dificulta, como suele suceder, un Omeprazol untable (5-metoxi-2-[(4-metoxi-3,5-dimetil-piridin-2-il)metilsulfinil]-3H- bencimidazol) que me proteja del exterior.

Ya se hizo

Cuando empezamos a comprender a nuestros padres o, peor todavía, cuando nos vemos tentados a corregirlos, es un hecho que ya podemos decir, en más de un sentido: "este arroz ya se coció"

Edad

Salidas rápidas para cuando nos acerquemos a la edad que nunca pensábamos tener o que le asignábamos, en el peor de los casos, al otro:

—No, yo sigo siendo el mismo, aunque el cuerpo me delate
—A veces la gente se engaña y piensa que la evolución no existe
—¿No necesitarás lentes, pregunto, porque yo me sigo viendo igual y sintiéndome como siempre?
—Viejo, viejo, pero todavía respiro, a diferencia de muchos
—Bueno, las cosas cambian y eso es una fatalidad, o un beneficio, depende cómo lo veas
Cambiemos de tema y hablemos de la crisis hipotecaria
—La verdad que tengo poca necesidad de juntarme con los de la prepa, ya que la decrepitud me agobia; de los de la secundaria ni te digo

(Se valen sugerencias.)

"Balas de papel escritas" / Libros españoles e hispanoamericanos 23

Los sinsabores del verdadero policía (2011), de Roberto Bolaño. Más allá de las groseras implicaciones que tiene la edición de una obra postmortem, y del poco respeto que se profesa a lo inacabado (oh, industria editorial, lo que importa es el billete), es un hecho que este libro, del maese Bolaño, es un acontecimiento relevante, en el mejor sentido del término. Indudablemente, hablo de un texto que tuvo como punto final la muerte, no la voluntad del creador, y sin embargo, en este prodigio, encuentro algo que me encanta: un Bolaño salvaje, dispuesto a mostrar la verdad y a correr un sinfín de riesgos. (Qué difícil es escribir una novela romántica y no caer en el efectismo del culebrón, ¡malaya de nuestra cultura!; qué difícil es escribir tan bien, y no andar haciendo malabares, o prosaísmos embutideros.)
Profundo y doloroso, Los sinsabores del verdadero policía es un relato muy bello, de una integridad cabal, a pesar de los pesares que implica la fragmentación, el cuerpo roto de un libro en proceso, o en evolución. Dialógico y extensivo, es la cifra del mejor detective, quien, dispuesto a decirlo todo, muestra sus cartas credenciales al describir los sinsabores de la condición existencial, los platos rotos de una sociedad que se sacude cuando puede, expulsando a los humildes y menesterosos.
En lo personal, yo sí estoy de acuerdo con que se publiquen estas cosas, particularmente cuando muestran garra y belleza, y están lejos de ser una simple anécdota de la historia literaria, una apostilla barata del canon, que no encuentra su lugar. En definitiva, me parece que Los sinsabores del verdadero policía es una pieza clave del sistema boñaliano, independientemente de su factura imprecisa, de su condición existencial; es, en el mejor de los casos, el elemento faltante, el punto de encuentro de un corpus que, me consta, no tiene parangón en nuestras letras justo en el momento de volcarse a la realidad y brindar una imagen totalizadora de la misma.
Magnífico Bolaño, que nos causa tanta pena. (¿Hay manera de inventar premios Nóbel para los difuntos?)

martes, 21 de junio de 2011

"...materia esclarecida..." / Libros mexicanos 31

Lodo (2010; 2002), de Guillermo Fadanelli. Lo que en principio trató de ser un despliegue de fuerzas, con toda la contundencia del marginal, se convirtió en algo sublime, que roza alturas insospechadas en el canon de este proyecto nacional, a veces tan engañoso. Anotémoslo así, para que quede claro: lo que en principio se exageraba, con la etiqueta corrosiva del outsider ("la literatura basura"), degeneró en la displicencia de lo light, de lo combustible, que da lugar a otra promesa: a la de la representación elocuente de los problemas del país y de su cultura. Tan es así que Fadanelli, ahora convertido en un gran señor, se avoca a reorganizar las etapas del caos, dejando a un lado la celebración de lo corrupto y la maldad que entraña: objetivo en ese vilipendio, el más cínico de los nuestros, creo, muestra la fragilidad de los derechos, la acidez de los intereses de un colectivo perdido, que no encuentra su lugar. Sin exagerar, es importante decir que Fadanelli, con tal pretensión, se convierte en el testigo por excelencia de una época catastrófica, que no da tregua. De norte a sur, del centro a la provincia: el escritor extiende su radio de influencia para señalar que las cosas están mal, muy mal.

Huesos

Se regenera, te digo, en automático; sin que te des cuenta o intuyas lo que pasa dentro de ti, de tu cuerpo.
Cuando te duermes, por ejemplo, comienza el proceso de tal transformación; literalmente, hablamos de una transformación que se da de los pies a la cabeza y de ahí para atrás, y para el resto de los lados. Es como si se tratara de una película de ciencia ficción, donde eres el androide, o el cyborg imperfecto, atado en una mesa de disección; te duermes en fin, o te obligan ello, y se gesta el primer cambio: o sea, el del esqueleto depurado, el de la osamenta rígida, envuelta en un estipendio de mudas y agitaciones al por mayor; y ello es que, seguramente, semejante alteración comienza con la extremidad, con su prolongación última. (Imaginemos, te pido, el instante: un pedazo de hueso cede al otro y revela una nueva piel; una nueva piel que es como una coraza, aunque más delgada. De ahí en adelante la ramificación cede en los diferentes lugares; el hueso, como una madera fosilizada, se debilita, se tuerce, humedecida por los líquidos del interior.)
La parte rígida de tu cuerpo, es verdad, se destrona con esta mutación; como la piel, como el músculo, el árbol de marfil se convierte en una masa blanda, que digerimos y exhalamos sin preocupación.

"casa de orates" / Libros del norte 13

Circa 94 (2010), de Fran Illich. El amigo Fran plasma en esta biografía generacional una atmósfera reconocible, en su evolución histórica; en más de un sentido, hablo de la recreación de una época, ya ida y por lo tanto reconocible y transformable, según los devaneos de la rememoración. Pienso, mayormente, que este retrato histórico se magnifica por la voluntad expresa del narrador, consistente en dotar de un plus simbólico a lo que, al final de cuentas, fue la práctica grupal de una toda una generación, ubicada en ese espacio singular que es la frontera; espacio de la movilidad, pero también del arraigo y de la concentración. De tal suerte, el planteamiento de Fran vale por lo que representa desde el punto de vista arqueológico: digamos en breve, que no se trata de sacrificar los argumentos referidos, que, en grado sumo, forman parte del anecdotario individual en su relación con el otro, sino en todo caso de resaltar el cometido totalizante de un narrador que se aproxima a la historia, que revela, en semejante acercamiento, un afán dilucidador, incluyente y relacional. Tijuana-San Diego, para acabar, es el espacio de esta representación, el lugar en el que el yo, imbuido de un perspectivismo activo, observa el paso de la historia, los hábitos grupales, los procesos de aceptación y rechazo de una cultura dual, que desconoce el límite.
Circa 94 es un archivo urbano, que evidencia lo que se fue.

lunes, 20 de junio de 2011

11:33

No se quería dormir, noté; por eso abría los ojos (lo intentaba), pero los párpados se le quedaban tiesos, como dos cataratas de piel. Mas eso no era lo peor, recuerdo; lo peor era lo que pensaba, lo que se dejaba venir. Era, me dijo, como una comunión entre el sueño y el pensamiento, entre lo que no podía hacer y las ganas de pensar, de imaginar cosas; una batalla injusta, inquirió.
Lo ayudé al instante, o casi. Le dije: yo te auxilio, y él me contestó que estaba bien: que lo que anhelaba era más o menos lo que pensó, unos minutos antes: esto era, que le sujetara los párpados, que no los dejara caer, porque de otra manera corría el riesgo de dormitar.
Al principio le detuve los párpados, como lo haría con cualquiera; sólo que al cabo de un rato me enfadé, sobre todo por la posición en que estaba; las manos, se entiende, también se cansan, y los brazos, que para el caso actúan con la misma presteza, insisten en el lugar común; la posición es, era, una condena.
Así que, harto, vamos a decirlo claro, ideé una solución, la más sencilla en ese momento: ponerle dos cubos de hielo, dos o tres (los que fueran), para que las membranas no se cerraran y estuvieran frescas hasta el amanecer; era evidente, pensé, el hielo haría su trabajo, refrescando las pupilas, mojando la superficie, y eso sin considerar el contacto con las pestañas, las cuales se encargarían de acariciar el interior; doble humedad, supuse, en el momento del devenir.
Me puse pues manos a la obra, con lo de los hielos, pero cuál no fue mi sorpresa al descubrir que, contundente(s), el(os) párpado(s) se encogía(n), y no sólo eso, también el(os) ojo(s) interior(es); ambos luego como un conjunto: es decir, párpado(s) y ojo(s) congelado(s) en plena impactación.
Quise llorar, y me largué enseguida, no sin antes observar el rostro hirsuto de mi interlocutor.

Rostro oriental en verano o un handicap entre dos montañas

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"casa de orates" / Libros del norte 12

La Biblia Vaquera (2008), de Carlos Velázquez. Desamortiza, el bato: incrusta de modo tangencial: golpea de vez en vez: pincha discos y quién sabe cómo le va.
Carlos Velázquez es un delirio fratricida: se trata del escritor descentrado ab origine, del hombre-bala que nos agarró fuera de lugar.
¿Narrador? sin amarras, atrabancado al caminar: el de Coahuila es algo más que una Happy Face.
The finest choice... y un clásico del sampleo.

"...materia esclarecida..." Libros mexicanos 31

La escuela del dolor humano de Sechuán (2001), de Mario Bellatín. Con los libros de Bellatín siempre me pasa lo mismo: los leo en una sola sentada y me resultan intrigantes. Fragmentarios: son la recusación del criterio común al establecerse un sistema autónomo que se revela en la precariedad o desde la precariedad, según sea el caso. Libros desmembrados, buscando formatos: son la precisión de un modelo textual, carente de limitación y hondura.
Definir la literatura de Bellatín es una acción quimérica.

In/out

"No, este año no he salido, aunque ganas no me faltan. Pero en todo caso hay prioridades.
"En su momento lo fue, me refiero a salir. Tenía que irme de aquí, largarme sin pensar en más, y eso fue lo que hice: me fui, regrese, me volví a ir, y ahora ya ves, estoy de regreso. Es cosa de ciclos y también de perspectivas.
"A veces pienso en los que se han ido y en lo que significa la partida, su partida. Pero de eso a decir que es vital, sobre todo cuando se cae en la inmovilidad, hay mucho trecho. Estar aquí, ahora lo veo, es importante, es significativo. Vaya, que no sé si sea un acto de resistencia, aunque muchos lo pueden ver así. (Hablar de un acto de resistencia, por lo demás, me parece una cursilería a estas alturas del partido.)
"No me quiero ir, para ponerlo en claro.
"En todos los lugares descubres lo mismo, me parece: idénticos olores, rostros, sensaciones... En el mejor de los casos, el viaje y la huida tienen un referente: tu persona, nadie más.
"Cuando huyes se da la paradoja, ciertamente, de que tu cuerpo carga contigo. Huyes pretendidamente de un lugar y no te das cuenta de que llevas el peso de antes, de que nada ha cambiado, de que, tal vez, jamás vaya a cambiar, pues así es esto: un callejón sin salida, y un pensamiento reiterativo, que no te deja en paz.
"Mejor báñate y date un respiro, que mucha falta te hace."

domingo, 19 de junio de 2011

Sabbath

A penas cerraba los ojos, me relajaba, cuando se escuchó la detonación. Casi por instinto, sin pensar, me abalancé al cuerpo de mi mujer, que estaba dormida, y lo protegí.
Afuera los gritos no se hicieron esperar.

viernes, 17 de junio de 2011

"...poderes de registro" / Libros de otras latitudes 18

1Q84. Libros 1 y 2 (2011), de Haruki Murakami. Dejémenos de vicios y de lugares comunes, al hablar de lo indebido: Murakami es un genio, y un best seller... pero qué importa, qué importa esta categorización, sobre todo cuando su prosa, más bien sencilla, es capaz de revelarnos lo que no puede ser y atraparnos durante un mes. Un mes, de verdad, en el que se reclama la limitación nocturna por aquello de que el tabique exige más horas (setecientas y pico páginas son un descontón), y uno, lo digo con honestidad, sólo piensa en lo que va a pasar, en lo que sigue, tal como sucedía en el pasado cuando mi adicción a la fantasía era real.
Murakami es de otro planeta. Y su libro, una Biblia de la adicción.
Extraño, imprevisible (decía), delirante, factible, suprarreal...: 1Q84 es el texto que muchos estábamos esperando, a pesar de lo que deja ver (la reiteración de un estilo en el sentido cabal): el libro de los demonios perdidos, de la Little People que no tiene contemplación, de los amores frustrados... Uf, Murakami ha logrado morder el cuello del siglo XXI, y de la eternidad, con sus videncias.

"Ojos eran fugitivos" / Cine 139

The Grapes of Wrath (1940), Dir. John Ford. Poco o nada qué decir de este monumento, pienso: pobreza y más pobreza, y también dignidad, y compasión.
A uno de verdad que se le estruja el alma al hablar del filme, de sus imágenes; y no tanto por lo que relata, que ya lo sabemos, sino por lo que sugiere, que es habitual. (Homo homini lupus.)
Ver The Grapes of Wrath no sé si debería ser obligatorio... tal vez no, porque la realidad siempre está ahí y nos recuerda cosas, a veces más graves; pero lo cierto es que el trabajo tiene esencia, y substancia, y en ello se revela el poder de un gran cineasta, que supo llegar hasta la raíz.
Una obra maestra que potencia el libro de Steinbeck, que lo hace ser más contundente. A esto Bajtín lo llamaría un diálogo sin imperfección.
Grande filme, grande libro.
Y un nudo en la garganta.
http://www.youtube.com/watch?v=5ayi81QMuak
http://www.youtube.com/watch?v=yer4L1Uhayc

"Ojos eran fugitivos" / Cine 138

Divorzio all'italiana (1961), Dir. Pietro Germi. Clásico del sarcasmo que refiere las tribulaciones parcas del marido frustrado y harto del aquelarre matrimonial. Todo un espectáculo de la desesperación, cuantimás si hay motivos para ello (una mujer joven y bella, qué digo, ¡bellísima!). Con todo, el planteamiento no deja de ser soberbio, por afirmar lo menos: su director, el excelso Germi, sabe lo que filma y al final no se anda por las ramas, ya que sugiere que en estos casos, cuando la rutina ha llegado a su fin, las rupturas no son nada, absolutamente nada, sino una simple fantasía que conduce a la vaguedad.
De Marcello Mastroini se puede pensar lo que sea, pues con este filme inventó su mito de hombre existencial. Imponente hasta las cachas, el bigote delgado de este sempiterno cuarentón manifiesta una especie de raya cubista a punto de desaparecer, o de plano, convertirse en aliado ríspido de lo esencial.
A divertirse en grande, sugiero, con esta tragicomedia mayor que, para el caso, también es un ejemplo soberbio de ese postneorrealismo que a principios de los 60 se resistía a morir. Intensas como siempre las imágenes populares del pueblo italiano, en la que mujeres antediluvianas, siempre vestidas de negro, ven pasar la vida con soberana resignación, y las calles donde habitan son el ejemplo de una vecindad mítica, proliferante en su extensión.
http://www.youtube.com/watch?v=E5nMbLkXv0U