domingo, 13 de noviembre de 2011

Impresión de Hermosillo

No sé cuántos años tenía sin pisar tierras sonorenses, o más concretamente ¿hermosillenses? (15, 16 años... tal vez); y la verdad es que cuando se hacen viajes en el tiempo —como el que me aventé— la nostalgia toma su lugar, esto es se patentiza al por mayor.
¿Que qué queda luego de esta sacudida? Tal vez el golpe de calor, seco y demoledor; el golpe del tiempo, y de los años; y faltaba más, las delicias desérticas, que en este caso se resumen en lo impostergable: un tarro de cerveza al atardecer, y luego el que va.

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