El ensayo es la palabra no dicha.
El ensayo sintetiza la posibilidad del espacio en blanco. Por eso es un arma de doble filo.
Quien ensaya, de algún modo, no dice.
Ensayar es una actividad personal.
Las actividades personales, en ocasiones, rompen la regla; en otras, por el contrario, la exacerban.
El ensayo, como fuente de legitimidad, no es ensayo.
No decir es ensayar con los silencios.
Hablo en plural: los silencios son significativos.
El ensayo es el género más difundido. Su vocación masiva, por lo mismo, es una trampa mortal.
Del abaratamiento a la imposibilidad: el ensayo que legitima es el ensayo que dice.
El ensayo que no dice refiere un coto de libertad.
Los individuos, de modo permanente, ensayamos en soledad.
Género imposible: el ensayo unívoco.
El ensayo sintetiza la posibilidad del espacio en blanco. Por eso es un arma de doble filo.
Quien ensaya, de algún modo, no dice.
Ensayar es una actividad personal.
Las actividades personales, en ocasiones, rompen la regla; en otras, por el contrario, la exacerban.
El ensayo, como fuente de legitimidad, no es ensayo.
No decir es ensayar con los silencios.
Hablo en plural: los silencios son significativos.
El ensayo es el género más difundido. Su vocación masiva, por lo mismo, es una trampa mortal.
Del abaratamiento a la imposibilidad: el ensayo que legitima es el ensayo que dice.
El ensayo que no dice refiere un coto de libertad.
Los individuos, de modo permanente, ensayamos en soledad.
Género imposible: el ensayo unívoco.
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