Prosas de ocasión
Javier Hernández Quezada
viernes, 17 de octubre de 2008
Monólogo tijuanense
Lo de siempre, y sin más. Esto es, que la ciudad los pone y lastima. (Que la ciudad los aplasta y despanzurra.)
Me refiero, faltaba más, a los cuerpos macilentos y golpeados; a los cuerpos tétricos, recién llegados del ayer.
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