A pesar de semejante vacío, o quizá gracias al mismo, Un Profhète será un filme a considerar, entre otras razones por la capacidad que refiere al renovar el acercamiento a un tema que, por derecho propio, les pertenece a los franceses (el del drama carcelario) y por la garra impaciente que muestra al exhibir el caos de la existencia humana sin esa mala costumbre que es el titubeo. Filme antipanóptico y por ende antifocualtiano, huelga decir, Un Prophète es la puesta en escena de la lógica del poder —del poder real— y su mitificación, la referencia a un mundo externo cuyos vínculos operativos con el calabozo son innegables.
http://www.youtube.com/watch?v=m9s5HqXslZc (Tráiler.)
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