domingo, 18 de septiembre de 2011

"Ojos eran fugitivos" / Cine 154

The Letter (1940), Dir. William Wyler. La excelente adaptación de la obra homónima de Somerset Maugham es una pieza orfebrería, resultado de las obsesiones orientalistas del Hollywood más vistoso de la historia. Al lado de clásicos como Shangai Express (1932), dirigida por el excelso Josef von Sternberg y The Lady from Shangai (1947), del vidente Su Majestad Orson Welles, formó parte de un trítptico emocional que catapultó las percepciones occidentales del otro hasta alturas insospechadas. Se podría decir que, en lo particular, The Letter también puso en evidencia el atrevimiento actoral de Bette Davis: una femme fatale que hizo del cine un verdadero purgatorio.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Apagón

Ayer, durante el apagón, no deje de pensar en el siguiente haikú de Juan José Tablada: un texto que nos remite a la oscuridad total:

El insomnio

"En su pizarra negra

Suma cifras de fósforo..."

Que no estamos preparados para responder a las contingencias ni se discute; pero que no podamos convivir con las sombras...
Vuelta al mundo de lo natural, de lo propio: la oscuridad es la noche sempiterna; no la fase ulterior del corte eléctrico o del apagón insoportable.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Postal poblana

Viaje a Puebla, agosto-septiembre, 2011: mole, mucho mole, en el Hotel Colonial, y crema de espárragos y quesadillas de quesillo y champurrados de canela y tacos árabes y orientales y cemitas de bisteq y churros de cajeta y ensaladas toscanas y trozos de tasajo del mercado y... ­¡El estómago en estado terminal! (Se dice, las vacas tienen tres estómagos y sólo comen pasto y otras cosas verdes; nosotros, en cambio, o sea mi mujer y yo, uno solo, que en estas circunstancias se ve obligado a trabajar a marchas forzadas y a recubrirse de Omeprazol y mil medicamentos más.)
Pero, vaya, el asunto no tiene que ver en exclusiva con la degustación, suerte de tour intestinal por los caminos del mal; pensemos que también en este viaje se imponen otras cuestiones, propias de nuestra labor habitual: esto es, de eso que llamamos, para efectos prácticos, la labor académica, la misma que supone 1) la prédica de las cualidades del noroeste literario, 2) los planteamientos respectivos al devenir profesional y 3) las presentaciones de libros donde lo importante es la imago, y más precisamente la imago de este país continental.
Y es que así sucede, sobre todo en Puebla: un estado en el que los colores se desprenden de las paredes y los perros vigilan o salvaguardan las labores de la catequización.
¡Venerables y figuras gigantes, chinas y vestidos lentejuelados!, hay que anotarlo: Puebla es una invención del barroco y del paisaje que se expande, que se hace a un lado y que vuelve a aparecer.
Me encanta esta ciudad y sus olores y sus sabores, máxime cuando existe la posibilidad de contemplar los ritmos desde el interior.

Postal

Un perro acostado nos recibió a la distancia, diciendo que por fin habíamos llegado, que ya era tiempo de que pasáramos, antes de que comenzara el chubasco. El perro, lo juro, sugirió eso, o nos dio a entender eso, no sin antes pedirnos una limosna de caricia, principalmente en la cabeza y en su majestad el lomo.