The Letter (1940), Dir. William Wyler. La excelente adaptación de la obra homónima de Somerset Maugham es una pieza orfebrería, resultado de las obsesiones orientalistas del Hollywood más vistoso de la historia. Al lado de clásicos como Shangai Express (1932), dirigida por el excelso Josef von Sternberg y The Lady from Shangai (1947), del vidente Su Majestad Orson Welles, formó parte de un trítptico emocional que catapultó las percepciones occidentales del otro hasta alturas insospechadas. Se podría decir que, en lo particular, The Letter también puso en evidencia el atrevimiento actoral de Bette Davis: una femme fatale que hizo del cine un verdadero purgatorio.
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