jueves, 1 de enero de 2009

Recuento de SF

Día 1. Vuelo tranquilo, excepto la parte final. (Turbulencias.) + Llegada al hotel, y cambio de hotel... (Nunca supimos las razones del cambio; sólo nos dijeron que, por el mismo precio, nos podían mover a uno mejor.) + Caminata bastante larga, hasta llegar a Fisherman's Wharf. + Frío extreme y mucha clam showder. + Posteriormente, visita al Pier 39 para ver los leones marinos bostezar y lamerse los bigotes. + Regreso a la Market St en tranvía (Imágenes sugerentes: nubes borrando las fachadas de los edificios; gente caminando por doquier; hileras interminables de carros...) + Retorno al hotel por la parte más gacha de una city en la que, según parece, jamás pega el sol.
Día 2. Recorrido por las instalaciones del centro cultural Yerba Buena (wow: lo que es tener dinero...). + Visita (al fin turistas) a Chinatown. (Imágenes agente, faltaba más: figuras de muchos colores, pero principalmente rojas y azules; comida mala; compra de baratijas y panes riquísimos; estatuas de dragones sonrientes; posters setenteros de la gloria local: el maese Bruce Lee.) + Salida hacia el barrio italiano (restaurantes, restaurantes, restaurantes...). + Descanso obligatorio en Washington Square (estampa singular: dos mujeres orientales bailando solas, importándoles un soberano cacahuate el qué dirán). + Subida heavy para llegar a la torre Coit. + Bajada y nueva subida... (¿El motivo?... Observar la ciudad desde la parte más alta de la quebradiza Lombard St.)
Día 3. Civic Center y Museo Asiático (o todas las representaciones de Buda a través de la historia). + Visita a Japantown (mucho té y ganas de orinar). (Asimismo, el mejor teriyaki de que he comido en mi vida.) + Regreso al hotel. (Mucho frío.)
Día 4. SF MOMA (sigo pensando que el arte contemporáneo, en muchas ocasiones, es una vacilada). + Día de compras (gente, gente, gente...) + Reclusión temprana en el hotel.
Día 5. Nervios mayúsculos en el lobby del hotel Marriot. + Entrevista de trabajo (sin comentarios). + Haight-Ashbury (el hippismo y su persistencia endulcorada). + Huida inmediata al Golden Gate Park. + "Verde que te quiero verde" y el aire más puro que he respirado en los últimos 12 meses. + Japanese Tea Garden (el paraíso sí existe).
Día 6. Last day in San Francisco: Castro, Misión de Dolores y, una vez más, por aquello de las obsesiones gastronómicas: Fisherman's Warf. + City Lights Bookstore (adquisición del libro The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, de Junot Díaz).
Día 7. Rápida visita a Chinatown para comprar panes que parecen masmelos y más ganas de orinar. + Regreso a casa (y al reino del espanto).

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