No se encuentran, no se hallan: las palabras desaparecen y la intención también.
Escribir en la tarde, cuando el ciclo se cumplió.
La evasión frente a la realidad y frente a la palabra: la literatura, sí, como excusa, como salida en falso y algo más.
No quiero, no puedo. Esa es la disyuntiva. Y el eco entonces de las voces, de las pesadillas.
La desaparición de las palabras en la noche, o al comenzar la tarde. Cuando se quiere y fallan.
En la tarde, en la hora de la escritura, de las negaciones, y las autonegaciones.
No, digo: las evasivas, las coyunturas...
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