martes, 25 de agosto de 2009

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Dormir, muy poco; y luego, lo que sigue: levantarse, mojarse la cara, lavarse los dientes, como si nada. Posteriormente, la clase:
= número uno, decir que sí, y pasar lista;
= número dos, hablar y hablar, hasta que los alumnos se "saturen", se harten.
Después, el receso, es decir, el vacío y la garganta dolorida. Y después, otra vez, la clase, aunque de otro tipo: más literaria, menos técnica y "ortodoxa".
Y ya, por la tarde, el eterno, en su fase terminal: el grupo masivo, el show del principio, el ir y venir, ad aeternum.
Punto final, por este día.
(Sed //
hambre //
suciedad.)

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