Trolösa (Infiel) (2000), Dir. Liv Ullman. Resulta tan poderosa la presencia de Ingmar Bergman en este filme (cuyo guión es de su autoría) que poco da que lo haya dirigido la actriz noruega Liv Ullman o cualquier otra celebridad del cine escandinavo. Tan "poderosa" y definida, digo, que de inmediato nos atrapa con las situaciones que plantea, y que desmenusa, al abordar temas como el de la infidelidad y el del "perdón" . Y es que con Trolösa es imposible no establecer relaciones temáticas y formales: ahí están, desde luego, los dramas asfixiantes de La Pasión de Anna (1969) y Secretos de un matrimonio (1974), de La vergüenza (1968) y Cara a cara (1976), filmes magistrales, todos ellos, donde el director disecciona las perversiones que se generan en el seno de la vida conyugal y, sin concesión, presenta una imagen demoledora de la misma.
Definitivamente, Trolösa es un filme con marca de la casa, uno de los relatos más bergmanianos que puedan existir, justamente por esa manera descarnada que revela al presentar personajes complejos, inmersos en situaciones límite. Fascinante.
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