jueves, 6 de agosto de 2009

"Ojos eran fugitivos"/ Cine 33

El río y la muerte (1954), Dir. Luis Buñuel. Obra menor en la filmografía de Luis Buñuel y que, no obstante, revela algunos detalles, dignos de tomarse en cuenta. Uno de los cuales, sin duda, es el del tratamiento que el director le da al tema de la violencia, tan frecuente en su etapa mexicana; un tratamiento "normal", si se puede decir así, en el sentido de que explota el culto ancestral que existe en este país con relación a la muerte y que, como sabemos, ha dado pie a toda clase de interpretaciones "exóticas". Desde luego, Buñuel trabaja con un tópico, pero a éste hay que verlo como lo que es: a saber, como el fundamento objetual del cine que realizó durante los años 50 y el cual le permitió concretar su descarnada —y prosaica— visión de la realidad. El río y la muerte, de este modo, es un filme imprescindible para comprender la obsesión de Buñuel por lo crudo, por lo visceral: una suerte de western tropical, en el que se resume la fragilidad de la vida humana y las nociones habitales que existen sobre el más allá.
(Al margen, afirmo que las similitudes que existen entre esta película y la novela Abril roto, del escritor albano Ismaíl Kadaré, son notables.)

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