martes, 25 de agosto de 2009
Desvariar 1
//\\//\\El toro, el Dios; decía, como en el Principio//\\//\\Era el Culto; y los romanos, por plantear lo menos, festejando las masacres, del otro lado//\\//\\Pero el Dios era el Dios, a pesar de los malsanos; era el Divino; y la secta, mi secta, en la cavidad de aquel nicho, resguardaba la simiente y metía las manos, con la furia del origen//\\//\\Era la sangre, del toro constipado; y éramos todos, los deudores del Culto, traído de las tierras más remotas//\\//\\Yo juré, desde ya, como el Arrepentido, como el Adivinador; y lo que hice fue sencillo: mojé mis manos, mis dedos, en las vísceras calientes; mojé mi rostro, como un deforme exaltado, dispuesto a comenzar//\\//\\Y mientras, los romanos vociferando, bebiendo el jugo de las uvas machacadas; hablando como locos, en el foro mortal//\\//\\
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