Vida y época de Michael K (1983; 2007), de J. M. Coetzee.
—En este momento de mi vida, nada me entusiasma, salvo la lectura de Coetzee. Cada vez que lo leo me sucede lo mismo: entro en contacto con una verdad superior, que no puedo denegar.
(—Siempre precisas, sus imágenes me plantean el hecho de que en este mundo violento nada es lo que parece, nada, ni siquiera el caos y el dolor.)
—En este momento, pues, en el que descanso un poco, lo único que quiero hacer es leer a Coetzee, dejarme llevar por sus obsesiones, que no son otras sino las de la miseria y la dignidad, las de la violencia y la plenitud. Y todo, finalmente, porque encuentro en el gran escritor la maestría de los provocadores, de aquellos que dicen las cosas para CONFRONTAR.
—CONFRONTAR: esto es: nombrar las cosas sin contemplación, describir con la conciencia de que no hay escapatoria en ningún lugar.
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