Estos dos protoalebrijes acaban de mirar a dos protoalebrijas desnudas.
El de arriba, el que parece dragón, es el más explícito, el más obvio, pues su lengua estirada, palpitante, muestra el deseo carnal que lo corroe y le hace actuar como un canino obtuso, en plena excitación; el de abajo, el más pequeño, actúa de otra manera, exhibiendo el acaloro con menos espontaneidad, ya que sabe que por su tamaño lleva las de perder.
Ambos, sin duda, al verse rechazados por las protoalebrijas (lo que es frecuente), se refugiarán en un bar de caballeros para hablar de la final de la UEFA Champions League.
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