miércoles, 25 de mayo de 2011

"Ojos eran fugitivos" / Cine 137

Una Giornata Particolare (1974), Dir. Ettore Scola. Ettore Scola, con este filme, logra uno de sus primeros éxitos. El estupendo director cuenta dos historias SALVAJES que se vinculan en una "jornada particular". El escenario que escoge es el mítico asentamiento romano, lugar donde coexisten las marchas fascistas, en honor al Führer, y los escarceos amorosos de una pareja poco convencional. Un bello ejemplo de lo que se logra cuando hay sensibilidad y respeto a la dignidad del espectador. Grande Scola.
http://www.youtube.com/watch?v=o_YtSYd74tg&feature=related

"Ojos eran fugitivos" / Cine 136

Shultze Gets the Blues (2003), Dir. Michael Schorr. Filme transatlántico cuyo objetivo es representar el ocaso vital de un hombre que se supo transformar y pasarla bien. Básicamente postula la idea de que la posibilidad siempre está ahí, a pesar de que el pasado se empeñe en detener el proceso de una evolución y el cuerpo, en más de un sentido, ya no pueda más.
Bien.
http://www.youtube.com/watch?v=FXQyj4NumYc

domingo, 22 de mayo de 2011

Sábado

Eramos cuatros, mas bien cinco, recién "comidos", por lo que los miembros reclamaban el tripeo vespertino, esto, vamos a ponerlo así, para no arraigarse en el suelo, en la base del carro-de-juda, que tanta carrilla aguantó; así que bajamos en la Home Depot porque mi madre dijo que ir al jardín, en aquel momento, era lo más conveniente para la movilidad psicomotriz, pues, vaya, la comidota nos había convertido en seres elefantiásicos, de una pesadez monstruosa.
Bajamos en orden rumbo al Edén y fue allí que cada uno de nosotros caminamos despacio, siguiendo las rutas de aquella naturaleza atrincherada, dinamizada por los pájaros borrachos que volaban alrededor. Para el caso mi mujer, tan afecta a los colores pastel, se refugió en la sección de las Corona de Cristo, observando las mejores opciones, debido a que algunas de las flores estaban marchitas, como si se hubieran secado desde tiempo atrás. En cuanto a mis padres, habría que decir que mantenían una severa discusión en la zona opuesta, justo donde estaban las buganvilias; tal vez, supuse, lo que uno de ellos quería era el conjunto, no la parte, el mejor color, sobre todo si se buscaba lo trascendental: o sea que las formas delgadas, corroídas por la pigmentación, se desbordaran en el ocaso del día, asumiendo que el espacio hogareño era eso, un pedazo de tierra donde la oscuridad de las sombras dejaba poco margen de acción para la sustancia, para esa mancha ocular que revelaba la flor. Con respecto a mi suegra, he de decir que la observé concentrada, analizando un par de macetas para un cáctus pequeño que parecía el desprendimiento de la Creación. (Sus espinas, sus púas eran lo más cercano a unas agujas de marfil penetrando el vacío de la oquedad.)
Por mi parte, estuve empujando el carrito con unas cuentas plantas deshidratadas que había agarrado sin ton ni son. Me emocionaba pensar, al fin y al cabo, que manejando ese medio de transporte era dueño de una porción de tierra que ya se dirigía a la sección tropical de la tienda o ya la zona de confluencia en la que el susurro desértico se apechugaba con el del mar, por aquello de las palmeras. En el fondo buscaba eso que mi madre había definido como la 'movilidad psicomotriz", la cual era una suerte de denegación puesto que en aquel momento, luego de la ingesta, los pies amenazaban con ceder, igual las piernas, las mismas que buscaban la fijación. Unas raíces, me decía, reclamando su lugar, en el espacio comercial de un jardín difuso, potente y abarcador.

jueves, 19 de mayo de 2011

lunes, 16 de mayo de 2011

Presentación de La imago mexicana en la obra de José Lezama Lima



"Ojos eran fugitivos" / Cine 135

A Serious Man (2009), Dir. Joel & Ethan Cohen. De verdad que el espectador la pasa mal viendo este relato turbulento de un pater familias, no tanto porque piense que lo que le sucede es algo extraño, que sólo se da en la marginalidad o en otro suburbio gris. Digo que la pasa mal básicamente por lo que el filme le plantea al presentar las desgracias de un hombre normal, que hace lo que puede para seguir y no obstante los dioses, o el dios mayor, le dice no, tú te quedas quieto, aceptando la realidad.
A los hermanos Cohen, en esta ocasión, les dio por jugar al sadismo cómico. (Hombres serios... jamás.)
http://www.youtube.com/watch?v=7iggyFPls4whttp://

domingo, 15 de mayo de 2011

"Ojos eran fugitivos" / Cine 134

Grand Hotel (1932), Dir. Edmund Goulding. Lo retro, preguntará, a qué equivale, por lo menos en estos casos en los que el glamour no se esconde sino al revés, se presenta como signo de lo inabarcable, como signo del no-va-más (antesala exclusiva de la celebridad...). Preguntará, insisto, de qué color es, cómo se ve, cómo se descubre..., etcétera, a lo que yo tendré que responder lo siguiente, por lo menos para darle una pista: lo retro es una actriz pero sobre todo, una pésima actuación, que de verdad resulta disfrutable por su falsedad, por esa ausencia de naturalismo que inspira compasión. Garbo... qué garbo. ("I vant to be alone")
http://www.youtube.com/watch?v=SvHqUnRzh0s&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=yRqCTXjXNGw

O: o:

O: o:
Dos ojos y una nariz... Dos rostros oseznos, vistos de lado.
O de plano, dos huellas disformes con un par de dedos de prolongación, que no son sino las puntas de las uñas clavándose —se me figura— en la superficie polar.
o: O:

Salida

Salida: un escape que va. Un subterfugio que se está dando.

jueves, 12 de mayo de 2011

"...materia esclarecida..." / Libros mexicanos 30

Larga vida al sol (2011), de Beatriz Gutiérrez Müller. Usted sabe que siempre una primera novela es una prueba de fuego porque no solamente se trata de fijar, más o menos bien, lo que se guarda durante mucho tiempo, sino también porque, es frecuente, los calcos se ponen de manifiesto y en ese proceso se corre el riesgo de ser una sombra más de aquél que modela los impulsos y la afectividad. Afortunadamente creo que eso no sucede con la obra de Beatriz: una escritora de raza que parte de lo más difícil, a reserva de que usted piense en otra cosa: me refiero al hecho de describir el todo, su afectación cabal, haciéndonos sentir la angustia individual, la angustia personal; una angustia, en todo caso, que la escritora ha vivido durante muchos años al haberse dedicado a la labor periodística y conocer de cerca los problemas sociales de nuestro país.
Celebro, de verdad, este relato de los orígenes.

martes, 10 de mayo de 2011

"...poderes de registro" / Libros de otras latitudes 17

Fouché. Retrato de un hombre político, de Stefan Zweig. Si usted es de los que prefieren las biografías cortas, que sólo magnifican el cariz del yo representado en los momentos álgidos, cuando la humanidad se siente obligada a voltear la mirada y decir que sí, ese es el instante, mejor no pierda su tiempo y concéntrese en la medianía de las historias vitales, que se cuecen a montón. Ahora, si usted es de los que prefieren otros argumentos, que en el afán de profundizar en los subtextos renuncian a la historicidad ejemplar, retenga lo que le digo, porque sin duda esta biografía, que se deja leer como una estupenda noveleta sobre la voluntad, es una de las cimas de la literatura europea del siglo pasado.
Manual de primeros auxilios para el que haga de la política su razón de ser.

domingo, 8 de mayo de 2011

"Ojos eran fugitivos" / Cine 133

The Killer Inside Me (2010), Dir. Michael Winterbottom. Excelente adaptación del clásico de Jim Thompson, en una versión que es fiel hasta las cachas al espíritu del noir. Excelente también la andanada de intensidades, posibilitada por el hermano menor de Ben Affleck, Kasey. Excelente, a la vez, la versatilidad de Winterbottom, quien, año tras año, presenta filmes disímbolos como el de ahora, que no se amarran a la voluntad de un estilo particular que reconozcamos a la brevedad.
Cineasta móvil, que jamás se define: Winterbotton es pleno en la differance. Sin exagerar, se trata de un director totalizador, de un cineasta distante, que filma por impulsión. (A veces, cierto, se compromete con el denuncismo, con el arte de la confrotación...; pero en otras, en un arranque de snobismo ramplón, opta por el ligthcismo supreme, por hacer del cine un entretenimiento menor...)
Me gustó mucho el filme. Particularmente su cinismo indeleble.
Un joyita sobre el maltrato.
http://www.youtube.com/watch?v=_U2LUsfeMwg

La costumbre

Tarde que temprano el genio está obligado a algo: dejar de sorprender.

Estilos

La diferencia radica en el estilo... y en la falta de respeto a los derechos humanos.
Vamos a pensar de esta manera: el fanático, al fin fanático, se aventó desde varios metros de altura, poniendo en riesgo su vida. Y ya en la cancha, confundiéndose con los miembros del equipo, optó por correr como uno más, sintiendo —me parece— la emoción, oh incierta emoción, de lo cercano.
Habrá sido cosa de unos segundos, cuarenta y cinco, cincuenta segundos; él corriendo, insisto, sobre el mismo césped, teniendo la misma sensación, la misma respuesta, cuando de repente apareció un tipo de la peor calaña, obeso y malencarado, dispuesto a detenerlo y a triturar su emoción.
Cierto, el asunto no tuvo complicaciones desde el punto de vista de la "seguridad": una patada y un gargajo, al que se sumaron varios, de otros calibres; una patada en el rostro, en la boca, en el cuello..., para después "borrarse" la imagen del fanático, quien seguramente pensaba en la gloria de ese momento al ser sometido por los guardianes del lugar.
En otros países, se sabe, el sometimiento es más práctico y decoroso. En Europa, por ejemplo, cuando un "hincha" se lanza al ruedo los encargados de las seguridad optan por lo lógico: proteger la humanidad de los jugadores más caros de los dos equipos. Inteligentes, dejan que el fanático corra como un demiurgo, se desnude, haga lo que quiera... Sabios, intuyen que el momento del cansancio llegará y la proeza del sujeto será, tan sólo, la comidilla de un sector marginal: el de su fuero interior.

Gripa

La suma alérgica, para variar, se ha convertido en una gripa insufible, de esas que dan cada cuatro años.

viernes, 6 de mayo de 2011

We are the world

Yo tengo alergia
Tú tienes alergia
Él tiene alergia
Nosotros tenemos alergia
Ustedes tienen alergia
Ellos tienen alergia

jueves, 5 de mayo de 2011

Tribulus terrestris

[...] Un mar de abrojos como un colchón, aunque duro, y doloroso; era la tierra, qué mas... Pero no me importó, ni tampoco a ella, que se resbaló.
La abracé, en primer lugar, con impulsión, con decoro, y fue cuando se me ocurrió, o se le ocurrió, rodar por ahí, en medio del no lugar. Pensé, en medio de ese desierto menor, delimitado por las carreteras... ­­y por las sombras. Pues aquella fue una tarda extraña, con un sol puesto pero menor; con un sol ciego, a punto de desaparecer.
La verdad que no los vi, al principio...; vaya, que no los noté. Sin embargo, en aquellos momentos uno se evade, se concentra en el deber ser.
La abracé, por tanto, como hombre, con cierta desesperación, y fue cuando me dieron ganas de besarla, de acariciarle el cabello.
Evidentemente, ella debió de sentir algo similar, pero eso es cosa que no habré de juzgar. Lo cierto es que al abrazarme, al abrazarla yo, se me resbaló con facilidad, o por lo menos fue lo que pensé.
En principio, cuando estaba recostada, quejándose, pensé que era parte del ceremonial, como ocurre en otros casos. No obstante, en el momento de avalanzarme y dejarme caer, supe lo que ocurrió. Vamos a decirlo así: sentí que el dolor era real, no producto de la imaginación, del espectáculo... Y de ahí, pues, para adelante: los abrojos nos penetraron, se quedaron fijos, incrustados en la piel.
Nos levantamos y huimos de allí. Ella por un lado y yo por otro. [...]

miércoles, 4 de mayo de 2011

Champions

La victoria no fue contundente, me refiero a los del equipo. Con todo, mostraron garra, si se puede decir así.
Al principio se notaba otra cosa; un juego desinibido, que los motivaba, que —­¡vaya!— los metía de lleno en la acción. Pero después, lo de rutina: un control franco, bajo la lluvia torrencial. O sea, bajo los efectos del clima, que tanto nos afectó. Porque también a nosotros nos hizo pasarla mal, sobre todo cuando los mirábamos correr, lejos del temporal —tal vez metidos en otro, más ufano—, y entonces nos parecía que lo que semejaban eran una manada de buzos, pero pequeños; una suma de imágenes, que pretendía jugar al fútbol.
Por cierto, sabemos que el entrenador del equipo contrario se encerró en un cuarto de hotel. Seguramente, la soledad del momento, acompañada del sonido lluvioso, alteró su voluntad.

martes, 3 de mayo de 2011

Crónico/a

Estaban arrinconados, como un enjambre; se juntaban todos. Y en un momento, el viento aparecía, levantando la tolvanera; era como un set donde se soltaba, huyendo tal vez de sí mismo, de sus fueros, bajo la sombra de la elevación. (Sí, hablo del viento.)
Pero volviendo al tema, ahí estaban. Las prendas negras, en hilera; y las gafas relucientes, brillando con resquemor. Tal vez, pensé, funcionaban como una coartada, pues adentro, o mejor detrás, los ojos quedaban fijos, devorados por la humedad. (Pensé: por una humedad salada, agria, que no los dejaba en paz.) Además, si hablamos sin cortapisas, las condiciones no eran de lo mejor; hablo de las condiciones climatológicas, de las condiciones ambientales, desatadas —se entiende— como parte del triste ritual. (Digamos que entre tanta oscuridad, que entre tanta superficie oscura, la imagen se dejaba venir así, inmisericorde.)
La imagen del conjunto, digo, en torno al punto de nuestro interés.
Ciertamente, pensé que en estos casos conviene voltear la mirada hacia otros lados —mirar por ejemplo el cerro, su elevación natural. Pero era inevitable, o más que inevitable, ya que la gente no podía dejar de llorar.
Opté por retirarme, con la mirada perdida. Y sin más, noté que la imagen se aferraba, que seguía ahí.
Mis amigos, supuse, hicieron lo mismo; esto es, caminaron con el fastidio a cuestas, agotados, sin saber qué hacer.
Todos nos subimos al mismo camión, sin decir nada.