viernes, 8 de mayo de 2009

Diálogo

—Me parece que tales sobresaltos son propios de una sociedad como ésta, la tijuanense..., tan dada a los aspavientos.
—Particularmente, ¿a qué te refieres?... ¿Hablas de cómo es la gente, de cómo funcionas las instituciones, preciso: las frágiles instituciones...?
—Sin duda, hablo de eso: de una sociedad extraña, impulsiva, que se violenta con facilidad; de una sociedad rara, que actúa de acuerdo con su propia moral y que, en el fondo, no hace sino invocar la violencia... Pues todo es violencia, en esta sociedad; todo...; y con ello no me refiero solamente a la violencia gratuita, que vemos a diario; a la violencia física, burda, formal... No, no, hablo de algo más: de una violencia profunda, metafísica, que se expresa en la intimidad, en la vida cotidiana...; de una violencia secreta, que nos impulsa a actuar así, de inmediato, sin muchas reglas de civilidad...
—Me parece interesante lo que dices... La violencia como conditio sine qua non, como instancia dramática, ¿no?, que trastoca la vida social...
—Así es, como violencia sofisticada, en el sentido de su incubación, de su modo de proliferar; como violencia social, que además tiene el telón de fondo del far west...

No hay comentarios: