El cochecito (1960), Dir. Marco Ferreri. ¡Qué buen cine hacían los españoles!, ¡qué potencia revelaban! Y eso que filmaban a duras penas, y en el momento en que todo —¡todo!— pasaba a revisión. Tal vez (bien lo creo), en ello tenga algo que ver la mano maestra del corrosivo Ferreri, y sin duda la del contundente Azcona. Pero con todo, brillan las actuaciones y los escenarios decadentes; los tipos sociales y la imagen de un país trabado, en el que las instituciones parecen estar a punto de colapsar.
De verdad que El cochecito es algo así como la visión decantada de The Straight Story (1999), de David Lynch: la representación de la voluntad humana, a pesar de la cercanía con una etapa terminal. Si no, cómo entender las desventuras del inolvidable Pepe Imbert, un caballero quijotesco en busca de su propia verdad, cuando, se percibe, la vida es cosa del pasado, y la vejez... la limitación cabal.
Una maravilla.
(No encontré tráiler.)
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