lunes, 17 de enero de 2011

Libros-clases

Bibliografía: realidad alterna, líquida y adaptable. (Las palabras, inmaduras, se estancan; son como la radioctividad: una mazorca de maíz, una canción insustancial.)
(Dar clases es la metamorfosis, lo kafkiano pululando desde los adentros.)
(Las palabras, en las clases, son el calco ineludible de la nota, la transubstanciación de la bibliografía, la radioactividad de lo líquido en el momento en que fluye sin parar.)

Libros-clases: de lo que preparo (reviso/releo) para este arranque de semestre, en el que iré de la morfología al análisis de discurso, pasando por los aspectos esenciales del teatro, v. gr., géneros, tendencias, autores... (Dar clase es despepitar lo aprendido, una suerte de metamorfosis clínica que no termina, el instante en el que una guadaña fina está a punto de cortar.)
(El salón de clases es la tumba de Matusalén, el sitio de la desertificación.)

Marcas, ideas centrales, subrayados. (El listado bibliográfico, a decir de muchos, es el ADN del catedrático.)
(Y el salón de clases, ¿qué es el salón de clases?, podrán preguntaros. Y Usted les dirá, como no queriendo levantar falsos: pues, mire V.M., el salón de clases es la demarcación del aquelarre, el teatro de la representación, el mismísimo lugar del cuchicheo.)

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