Les Amours Imaginaires (2010), Dir. Xavier Nolan. Parece que Xavier Nolan, su obra, está a la alza. Un par de títulos le han permitido a este canadiense convertirse en la joven promesa del cine francófono, particularmente por los retos formales que propone y por la libertad que expresa cuando aborda los infortunios "menores" de la homosexualidad. Esteticismo puro, que no socava el melodrama de la fijación: su filme es un menáge à troi frustrado, una seducción ternaria carente de resolución. (Bien, sobre todo por la música retro y las poses de maniquí que presenta.)
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