sábado, 24 de abril de 2010
Malestares, fallas de origen
¿Problemas?, no, lo que tenía eran malestares, fallas de origen; por eso cualquier cosa se me complicaba, hasta la más sencilla, y por eso estuve a punto de tirar la toalla, en un par de ocasiones. Pero no sé, algo ocurrió; tal vez una paloma cruzó el firmamento y me dio un mensaje (un mensaje secreto, claro); tal vez un árbol, visto a la distancia, me indicó el camino (eso, invariablmente, siempre ocurría: regresaba de correr y los árboles, como si formaran parte de una manada, se frotaban las hojas, hacían ruido...). En pocas palabras, pasó algo, algo muy bueno que me permitió dialogar con mis malestares, tratarlos bien, porque si no, el asunto se complicaba.
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