La escuela del dolor humano de Sechuán (2001), de Mario Bellatín. Con los libros de Bellatín siempre me pasa lo mismo: los leo en una sola sentada y me resultan intrigantes. Fragmentarios: son la recusación del criterio común al establecerse un sistema autónomo que se revela en la precariedad o desde la precariedad, según sea el caso. Libros desmembrados, buscando formatos: son la precisión de un modelo textual, carente de limitación y hondura.
Definir la literatura de Bellatín es una acción quimérica.
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